Emilio Rotela 2013

Emilio Rotela 2013
Emilio Rotela 2013

miércoles, 5 de febrero de 2014

Emilio Rotela : Una Argentina a reciclar y un gobierno con fecha de vencimiento acabado.

Ya a principios del 2012 decía que este gobierno o desgobierno (mejor dicho) tenía fecha de vencimiento, creo y lamentablemente para todos los argentinos y en especial para el país trabajador esto es así y la realidad que nos pega de frente y con toda dureza nos está demostrando que los gobiernos demagógicos y llenos de discursos berborragicos y vacios acompañados de un sequito muy bien pagos, solo terminan llevando al sectarismo y división de los pueblos.


Este gobierno, en especial el de estos últimos años del Kristinismo, un gobierno donde la desidia de gestión, la corrupción desfachatada, la avaricia de funcionarios y políticos surgidos de la nada solo creados desde el mismo poder con el fin de levantar sus manos tanto en diputados como senadores con la finalidad de legalizar el camino a este gobierno para concretar, a esta altura, los hechos más graves de impunidad para su desgobierno.


La devaluación, el aburguesamiento de gente sin escrúpulos, el creer que la confianza del voto es eterna, los nuevos ricos del poder, la bonanza económica fruto de los sectores producticos del país utilizados no en la reinversión sino en la desidia de subsidios que denigraron y socavaron la cultura del trabajo y la dignidad misma de millones de argentinos, dirigido especialmente a degenerar y corromper el cimiento principal de nuestra sociedad, la familia.


Creo que mas allá de la corrupción institucionalizada por este gobierno y por los que el día de mañana serán juzgados si reorganizamos la justicia, lo más grave y por lo que será recordado el kirchnerismo es por el logro obtenido de haber dividido a toda una sociedad. Donde lo curioso es que esta división no se centra entre ricos y pobres, sino entre los que trabajan y aquellos que solo subsisten a fuerza de subsidios.
Su altanería y soberbia de creerse los dueños de la verdad los ha llevado a que hoy en día no puede recurrir a la ayuda de nadie, su marasmo dirigista casi dictatorial y asfixiante ha terminado por matar a ellos mismos. Durante años ha etiquetado, insultado, ironizado a todos los que advertían el curso del desastre. Y lo que es peor, se ha mofado sarcásticamente de las ideas que esas personas sugerían. Inclusive el odio ideológico instaurado los ha dejado solos en una meseta a la que nadie quiere llegar, es por ello que la única convicción visible es la de sostener el poder sea como sea, aún quemando lo que queda de reserva en el Central, inventando demagógicamente mas subsidios e incitando y reforzando esa división en la sociedad.
La testarudez, el capricho y la irresponsabilidad han conducido a la Argentina a este punto impensado. Ojalá que la sociedad sea más inteligente que el gobierno y pueda abrazar por primera vez en más de un siglo la libertad verdadera. Pero el único camino que nos puede sacar hoy del pozo a que nos ha conducido el populismo de izquierda es el liberalismo económico moderno, el occidentalismo, la competitividad exterior, la libertad interior y la persecución inquebrantable a la delincuencia. Ese camino está cerrado para el gobierno porque la hondura de la grieta que produjo lo ha llevado a un punto sin retorno.

Espero que los argentinos comprendamos de una vez por todas de que la democracia es el mejor sistema de convivencia, porque permite la rectificación pacífica de los errores cuando éstos se manifiestan con efectos negativos evidentes. Cerrarse a los beneficios de esa simpleza implica, en alguna medida, cerrarse a la democracia misma. Es lo que mejor define al cristinismo. La democracia no es un sistema épico de gobierno. No quema ninguna nave. Pero Cristina las ha quemado a todas.

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