Emilio Rotela 2013

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Emilio Rotela 2013

viernes, 24 de mayo de 2013

Emilio Rotela: “Tenemos que gestar una nueva revolución”

El país entero festeja un nuevo aniversario de la "Revolución de Mayo" acontecimiento que evoca los orígenes de nuestra Nación, un grupo de hombres y mujeres decididos y arrojados toman el gobierno de lo que en ese momento era el Virreinato del Río de la Plata arriesgándolo todo por la libertad, pero que no sea tan sólo el recuerdo de ese hecho el que nos una hoy sino que esto se convierta en el símbolo y en la excusa para recordar a tantos otros que lucharon por la patria y que lo siguen haciendo cotidianamente, en muchos casos fracasando en sus intentos, en otros sin grandes triunfos dignos de que recuerde la historia pero igualmente importantes, y que también este día nos sirva para reflexionar acerca de nuestro propio papel como ciudadanos y constructores de esta nuestra patria. 


Estos hombres, tenían grandes sueños y esos sueños eran, en primer lugar, constituir una Nación, un país nuevo, independiente, sin ninguna clase de vínculos con la antigua España ni con ninguna otra. En segundo lugar, la idea era hacer una sociedad más justa, mediante dos principios fundamentales: el de que la autoridad venía del pueblo y el de que debía construirse una sociedad más igualitaria, estas eran las ilusiones de los hombres de Mayo.

Pero esto hombres no sólo tenían sueños, tenían la fortaleza y la determinación para hacerlos realidad.
Este primer gobierno patrio fue sólo el primer paso hacia el desarrollo de una Argentina libre e independiente.
Sin embargo, en estos días de economías globalizadas, estos ideales se han ido diluyendo, aquellos ideales que en el nacimiento de la Patria movilizaron tantos sueños y tantos esfuerzos, fueron perdiendo su significado y hoy su sentido es un poco difuso.

¿Podemos afirmar hoy en día que somos una patria libre de toda dominación extranjera?, cuando nuestra economía depende de las naciones más poderosas.
¿Podemos hablar del ejercicio irrestricto de nuestra soberanía?, cuando nuestro territorio se halla usurpado por capitales multinacionales.
¿Podemos asegurar nuestra independencia política?, cuando la corrupción de la clase política es moneda corriente.

Tal vez nos toque a nosotros volver a retomar aquellos ideales y formular un nuevo significado de la palabra Revolución. Un significado que abarque el derecho de cada argentino para trabajar y ganarse su pan, sin debérselo a nadie sino a su propio esfuerzo. La independencia de nuestro país de decidir según sus propios intereses. La posibilidad de que cada persona que viva en nuestro país, tenga derecho a tener su techo, educar a sus hijos y poder prometerles un futuro mejor.

La Revolución Argentina de hoy debe ser la que sea capaz de dar a su pueblo más educación, más trabajo y los instrumentos culturales que le permitan enfrentarse en pie de igualdad a este mundo globalizado, que insiste en dejarnos de lado. Tal vez nos toque a nosotros ser los idealistas que llevemos a cabo esta Revolución. Y que podamos decir otra vez que “surge a la faz de la tierra una nueva y gloriosa nación”.


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