En la coqueta residencia de Emma Tacta de Romero, una histórica dirigente del peronismo correntina y viuda del ex gobernador Julio Romero, tuvo lugar el jueves por la noche un encuentro singular: locro mediante, el titular de la CGT, Hugo Moyano, dialogó con un calificado núcleo de figuras históricas del peronismo y un grupo de dirigentes políticos del justicialismo, encabezados por Octavio Frigerio (Causa Argentina), Pascual Albanese (Peña Eva Perón) y Carlos Valenzuela (Foro Argentino de Reflexión y Orientación), que impulsan la construcción de una alternativa al kirchnerismo.El encuentro fue una idea surgida en la comida que el 7 de mayo pasado este grupo de dirigentes realizó con la presencia de Moyano en la Casa de Galicia, con la entusiasta presencia de alrededor de 300 militantes peronistas.
En esta oportunidad, Moyano tampoco asistió sólo al significativo convite en La casa de doña Emma en Palermo Chico. Lo acompañaron algunos dirigentes sindicales de su más íntima confianza, entre ellos Omar Plaini (Canillitas), Juan Carlos Schmidt (Dragado) y Julio Piumato (Judiciales), quienes conversaron animadamente con el presidente del mítico Club del 45, Rodolfo Decker, Nélida de Miguel, Oraldo Britos, Haydée “Coca” Pardo, Duillo Brunillo, Roberto Di Sandro, entre otros.
En la conversación, también intervinieron activamente Jorge Pirra, de FARO, Carlos Mastrorili, Andrés Poggi, Ricardo Saldaña y Antonio Calabrese, de Causa Argentina, y Jorge Raventos y Víctor Lapegna, de la Peña Eva Perón.
Si bien al principio de la cena el punto central del intercambio de ideas giró en torno al conflicto entre Moyano y el gobierno y de las perspectivas de éxito de la movilización convocada esa misma tarde por el titular de la CGT a la Plaza de Mayo para el miércoles próximo, los asistentes analizaron también, como era previsible, la crisis interna del peronismo.
En este punto, hubo una coincidencia generalizada en el diagnóstico de Moyano acerca de que el Partido Justicialista había sido convertido en una “cáscara vacía” y en la necesidad de poner rápidamente en marcha una iniciativa “movimientista” orientada a la reorganización del peronismo, con una participación protagónica de las organizaciones sindicales.
El decidido asentimiento brindado por Moyano hizo que varios de los asistentes esbozaran de inmediato la posibilidad de difundir una declaración pública, suscripta por los “históricos”, para convocar a un Congreso Nacional Peronista.
En una reunión de estas características, no faltó el memorioso que impactó a Moyano con un recuerdo sugestivo: el 27 de junio de 1975 fue la concentración de la CGT en la Plaza de Mayo que impuso al gobierno de Isabel Perón la renuncia de Celestino Rodrigo y el alejamiento de José López Rega. 37 años después de aquella jornada, el mismo día y en la misma plaza, se realizará otra movilización de protesta convocada la CGT bajo otro gobierno peronista. ¿Será que la historia se repite?
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