Emilio Rotela 2013

Emilio Rotela 2013
Emilio Rotela 2013

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Emilio Rotela: 30 años de Democracia, 30 años de política y sindicalismo.

Todo logro debe ser festejado por el hombre, por mucho o por poco, esto significa que no todo ha sido en vano, y estos 30 años de democracia bien podemos decir que es más que bueno festejarlos (sin olvidar los graves incidentes que hoy en día están sucediendo a lo largo y a lo ancho de nuestro país).


Treinta años de democracia donde la clase política, sindical y la sociedad toda han sido participes de aciertos y desaciertos, nadie puede quedar fuera de esto, ya que en mayor o menor medida cada uno ha visto pasar lo mejor y peor de nosotros y en esta conjunción de hombres y mujeres, especialmente los que día a día con su trabajo forjan un mejor país y tuvieron una importante participación activa en el quehacer diario de la patria.

En lo que respecta al sindicalismo me cabe señalar su deber permanente, que consiste en la lucha diaria por conseguir una mejor calidad de vida para los trabajadores, podemos decir con orgullo que muchos trabajadores hoy podemos disfrutar de beneficios impensados años atrás, fundamentalmente gracias a las luchas obreras iniciadas por nuestros padres para obtener mejores condiciones de trabajo y nuevos derechos laborales, es por ello que es importante el replanteo de muchas cosas, aprender de los errores para mejorar y sobre todo, volver a los viejos valores que nos transmitieron nuestros padres.
Necesitamos tener líderes que no vendan las luchas si no mas bien que enseñen y acompañen la formación sindical para forjar futuros dirigentes, es por ello que considero muy bueno recordar los logros obtenidos en el pasado, de ellos aprendimos nosotros, pero el deber actual consiste en corregir y seguir batallando por lograr elevar la calidad de vida de los trabajadores, es un deber y una tarea fundamental que los sindicatos, con el acompañamiento de la agrupación en su conjunto pueda lograrlo, la historia ha demostrado que las conquistas obreras sólo se consiguen a través de la lucha constante.

En lo que respecta al espacio político su rol ha sido más que importante, ya que con su participación han colaborado o no al crecimiento del país, lamentablemente en muchos casos la falta de madurez, compromiso y de gente de bien, este sector de la sociedad que carga con la responsabilidad de conducir a país, se sumieron en el individualismo propio del poder que llevo en gran parte a un estado de corrupción sin límites, sin precedentes y alejados del común de todos los hombres y mujeres de nuestra Argentina.
Lastimosamente la inmadurez y la falta de educación democrática del ciudadano común han sido factores más que importantes en la elección de candidatos que no estaban a la altura de las circunstancias, que junto a la destrucción sistemática del ámbito familiar, laboral y de la educación fueron los factores principales para alcanzar lastimosamente el momento que hoy atraviesa nuestro país.
Por eso es necesario de una vez por todas, trabajar sin resistencia,  sin señalamientos  o discriminaciones, en la formación de los futuros cuadros políticos y sindicales, para que  el día de mañana, todos nos sintamos orgullosos y sobre todo representados por los mejores   dirigentes en cada espacio, para ello hay que incentivar la vieja escuela de los valores éticos y morales que nos enseñaban nuestros padres, nuestros abuelos, nuestras familias.

La mayor necesidad de la Argentina  es la de hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres que no teman dar al delito el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al norte; hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos.


Debemos comprender de una vez y por todas  que el ser humano es mortal y no vive para siempre, y por tal razón no hay actitud o hecho más grandioso para destacar en cualquier líder, que el de la humildad, la tolerancia, el entendimiento, la comprensión y la docencia hacia los más jóvenes y así poder seguir celebrando la democracia sin temor a que esta llegue a su fin, pero para ello todos juntos sin distinción, políticos gremialistas, trabajadores y el pueblo en general, debemos aportar para lograr en un día no lejano la tan ansiada y postergada “Justicia Social”.

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