Para la Señora Presidente nuestra provincia por como la
trata, no debe estar en onda, ni debe estar tan cool como a ella le gusta, dentro
de pocos días Corrientes estará eligiendo gobernador y es por ello que el
pueblo todo, desde el más humilde trabajador hasta el más encumbrado empresario
debe saber que definitivamente nuestra Provincia necesita comenzar su
transformación definitiva, esta transformación, demorada en el tiempo por
desencuentros y mezquinos intereses políticos, que quisieron sumergir a nuestra
provincia en la inacción, la pobreza y el desamparo; muy a pesar de esto los
correntinos soportamos la embestida gracias a un gobierno provincial al cual le
daremos nuevamente nuestro voto de confianza para seguir creciendo sin tener
que agacharnos ante el poder central.
Estos años de abandono de parte del gobierno nacional han
calado muy profundamente en el ser de cada comprovinciano, en especial de
aquellos que vivimos intensamente la política y ha servido para forjar y
templar aun más el espíritu de lucha por lograr la definitiva justicia social.
Y es aquí donde surge desde las bases mismas de la sociedad la impronta de
participación necesaria y participativa de la militancia quien día a día y codo
a codo con su gente comparte las necesidades, trabajo y sueños de cada
correntino.
Todo este tiempo hemos estado construyendo un movimiento que
contribuya a la reorganización, a través de la militancia, un movimiento
que es la conjunción de distintas fuerzas con distintas ideologías
quizás, pero con el único sentimiento de poner a Corrientes en el camino
irreversible de una transformación sin retrocesos, que conlleve a políticas de
estado donde el trabajo sea dignificante, la familia la base de nuestra
sociedad, la educación la herramienta de superación, la justicia el respaldo a
nuestros reclamos y la política el instrumento para que todo esto sea hecho
realidad.
Los correntinos hoy
más que nunca debemos tener la mente amplia para saber discernir lo bueno y lo
malo, tenemos que trabajar arduamente para que logremos en Corrientes la
verdadera justicia social, ya que no es suficiente levantar sus banderas, a la justicia
social hay que construirla y hacerla perdurable, a las conquistas pasajeras y
frágiles las borran de un plumazo las dictaduras y los gobiernos sin doctrinas
y seudo populistas como la que hoy por
hoy estamos viviendo con el Kirchnerismo.
No puede haber más equivocaciones, hay que saber gobernar
a la Provincia y Ricardo Colombi de eso sabe mucho, no es tiempo para improvisar,
para probar, para debilitarse en luchas internas, hay
demasiado trabajo que hacer para que se carezca de la unidad
necesaria para enfrentar todos los problemas que nos deja la falta de políticas
de estado serias y respetuosas. No alcanza con declamar los errores del otro, hay
que tener la inteligencia y la capacidad para poder corregirlos. Si no, caemos
en el discurso vacio y meramente electoralista y la impronta ideológica hueca y
carente de credibilidad.
Por ello es un deber de todos entender que hay quienes
sufren más que otros, nuestro punto de partida, que sabemos compartido por la
inmensa mayoría de nuestros comprovincianos, apela a un formidable esfuerzo de
solidaridad y fraternidad con los que están más desamparados, con los que más
necesitan, queremos construir el futuro de nuestra Provincia y
comenzaremos por construirlo ya mismo para quienes menos tienen.
Porque la riqueza de nuestra Provincia no está solamente en
su territorio ni en sus bienes, ni en sus vacas ni en sus campos, está en todos
y cada uno de sus habitantes, en todos y cada uno de sus hombres y mujeres, en
el trabajo, la capacidad de creación de los seres humanos que lo habitan, lo
que da sentido y riqueza a nuestra querida provincia.
Por todo esto, fiel a nuestros principios doctrinarios e
ideológicos que los militantes bien sabemos, conjugamos nuestro trabajo,
esfuerzo y esperanzas en este Millón de voluntades mancomunadas en un solo
propósito, una Provincia con proyección de futuro verdadero, una Provincia
definitivamente de y para los Correntinos. Y mentalizarnos así de que el cambio
solo viene del pueblo.
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