Es triste y lamentable ver que los correntinos vivimos en la sumisión, vemos pasar frente a nuestros ojos cotidianamente a la injusticia, injusticia que recae siempre sobre la gente humilde y trabajadora. Sobre los hombres y mujeres que diariamente salen de sus casas para ir a sus trabajos, con el solo fin de mantener a sus familias y darles en lo posible una vida digna y un futro mejor, algo que cada día resulta mas difícil.La tragedia de San Martin al 600 debería ser para todos los correntinos la bisagra que saque el velo de nuestros ojos y nos haga ver de que sin justicia verdadera nunca podremos esperanzarnos por un futuro mejor. La empresa es difícil debido al acostumbramiento que tanto la clase política, empresarial y financiera nos ha llevado e inculcado a través de décadas, es por ello que está en cada uno de nosotros el decidir si cambiamos esta situación o seguimos en la misma.
No le pidamos peras al olmo dice el refrán, solo el pueblo soberano puede transformar esta realidad y para ello los mecanismos son el de hacer cumplir a sus elegidos con los designios por el cual fueron favorecidos, gobernar por y para el pueblo, ya sabemos que nuestro intendente y sus funcionarios no lo hacen así, han demostrado que los negociados son mas importante que la vida misma, ocho compañeros, ocho trabajadores, ocho correntinos han perdido su existencia, en búsqueda del anhelado futuro mejor, perdieron sus vidas inexplicablemente debido a la indolencia de estos. Pero por otro lado el pueblo no está en condiciones de rasgarse las vestiduras, acostumbrado a la ilegalidad cotidiana se muestra inmune a estas tragedias, nos sorprendemos y acongojamos por un corto tiempo pero no reaccionamos y mucho menos acompañamos…”cada cual con su cada cual”.
Ya es hora de que comencemos a levantarnos del letargo e intentemos hacer escuchar nuestras voces, es nuestra potestad y como tal debemos hacer uso de ella, de no ser así no nos quejemos cuando nos pasa algo a nosotros y nadie se solidariza con mi situación. Debemos manifestarnos responsablemente, cada ciudadano debe asumir su compromiso de tal y hacer valer sus derechos que constitucionalmente le corresponde, pero sepamos también que tenemos obligaciones, como en este caso puntual la obligación de acompañar y alzar la voz por el que perdió la vida injustamente.
Vidas que ya no están entre nosotros, hijos, padres, amigos por los cuales solo nos queda exigir Justicia, para que sus muertes no queden impunes, ni el dolor de sus seres queridos sea en vano; sabemos lamentablemente que hay una justicia para los pobres y otra para los ricos, pero no está muerto quien pelea y esa pelea la vamos a dar nosotros, sin lugar a dudas esto no va a quedar en la nada, para ello nos estamos organizando, para terminar con esta inmoralidad y cortarla desde la raíz.
No creo que este intendente y menos su sequito de obsecuentes e inoperantes que lo rodean sean capaces de enfrentar a la sociedad y dar las explicaciones del caso y menos asumir la responsabilidad que a cada uno le compete. Pero a no equivocarse nenes bien, funcionarios de pacotilla subidos al carro del poder político de turno y al poder económico que los cobija a través de sus negociados de intereses particulares, negociados que cada uno de los correntinos estamos pagando y lo seguiremos pagando en el futuro sino empezamos a exigir la clarificación de las cuentas de nuestra comuna, ya que desde que asumió este niño de bronce con negocios de oro nunca se digno a presentar una ante su consejo y menos ante su pueblo, entre todos vamos a hacer que esta realidad se revierta.
Esto que digo yo, lo piensan miles de correntinos, miles de voluntades que nos estamos uniendo para terminar con el desgobierno y la corrupción, miles de ciudadanos que sabemos que tenemos la razón, aunque también sabemos que “Donde hay poca justicia, es un peligro tener razón”
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