Emilio Rotela 2013

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viernes, 29 de octubre de 2010

No me dejes, vas a poder" fue lo último que Cristina le dijo a Néstor

La noticia conmocionó. Pese a que Néstor Kirchner se había mostrado muy deteriorado en sus últimas apariciones públicas, los primeros trascendidos sobre la muerte del ex mandatario despertaron la sospecha de más de un periodista. Sin embargo, la confirmación oficial no tardó en llegar y la muerte del diputado ya era un hecho.
Alejada de la opinión pública y recluida junto a su familia en la casona de El Calafate, Cristina Kirchner evitó mostrarse hasta un día después cuando, acompañada de sus hijos -Florencia y Máximo-, despidió a su marido con honores de jefe de Estado frente a una incesante multitud que esperó más de siete horas para poder darle su último adiós.

Entera, por momentos emocionada y, por sobre todas las cosas, inmutable, la Presidenta mostró su temple y evitó que los sentimientos personales se proyectaran en cadena nacional. Sin embargo, la intimidad les regaló a los médicos del hospital local en el que murió el ex mandatario la postal más cruda de Cristina.

Un desmayo. Un llamado de emergencia y, de pronto, el ex presidente era trasladado en una ambulancia acompañado sólo por su mujer. Allí, fuentes que presenciaron el momento aseguran que la presidenta jamás le soltó la mano a su marido.

Una vez en la sala de emergencias del hospital local, un grupo de doce médicos, dos cardiólogos y cuatro terapistas se pusieron al hombro el trabajo de reanimación del ex mandatario. "No me dejes, vas a poder", le decía Cristina mientras, desde la misma sala de emergencias, presenciaba las violentas acciones de reanimación.

Según publica el diario La Nación, ningún miembro del staff médico se animó a pedirle o si quiera insinuarle a Cristina que no estuviera allí. "Todavía estamos a tiempo", les rogaba la mandataria aunque ya no quedaba nada por hacer. Kirchner había muerto producto de un paro cardiorrespiratorio no traumático.

Durante los 50 minutos en los que el equipo intentó reanimar al ex presidente, Cristina se mantuvo firme en la sala de emergencias. En estado de shock, la mandataria fue recibiendo visitas conforme se filtraba la noticia de que Kirchner había sido internado.

El intendente local, Javier Belloni, fue uno de los primeros en hacerse presente. Por su parte, el empresario local Lázaro Báez se encargado de acompañar a Cristina hasta su casa. En la puerta, la esperaba un servicio de ambulancias por si sufría alguna descompensación. En el interior, lo más difícil: designar un lugar para el cuerpo de su marido y llamar a sus hijos para transmitirles la trágica noticia.



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