Moyano pidió sincerar la inflación y alerta que los gremios irán por sueldos más altos.
El camionero rechazó los dichos de Boudou, que habló de “tensión de precios” y advirtió que la realidad se palpa en el supermercado. Crece el piso de las demandas salariales
La insistencia del Gobierno por relativizar el repunte de la inflación y su impacto sobre los salarios volvió ayer a poner a prueba la estrecha comunión política entre la administración kirchnerista y la conducción de la CGT. Con datos propios que calculan una suba de precios del 20% para 2010, el jefe de la central obrera, Hugo Moyano, pidió a la Casa Rosada un sinceramiento de la situación al advertir que la aceleración inflacionaria hará crecer el piso de las demandas salariales de los gremios, que ya se ubican en torno al 25%.
“La única verdad es la realidad y la realidad nos indica que hay inflación”, afirmó ayer Moyano al salir al cruce de las declaraciones del ministro de Economía, Amado Boudou, que horas antes había negado la existencia de un proceso inflacionario con el argumento de que los aumentos que se registraron en los últimos meses en productos básicos responden a “una tensión en los precios”. “¿Tensión? Tensión... No sé que habrá querido decir (el ministro). Nadie puede negar que hay inflación porque la palpamos todos los días en el supermercado”, contestó con cierto malestar el jefe cegetista.
Las declaraciones de Moyano, que constituyen la segunda reacción consecutiva del camionero contra las explicaciones de Boudou sobre el repunte inflacionario, terminaron por confirmar –además– que los gremios ya no se conformarán con reclamar aumentos de 20% en las paritarias en marcha, la pauta que aspiraba a consagrar el Gobierno, y que irán por un piso de 25% para la recomposición salarial, como anticiparon varios informes de consultoras privadas. “Los pisos seguramente van a ser altos por la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores” a raíz de los aumentos de precios, alertó el camionero.
El pronóstico acerca de una revisión al alza en las demandas salariales originales de los gremios quedó reforzado también por un informe que la propia CGT difundió ayer tras la declaraciones del camionero, en que la proyección anual de la inflación se ubicó entre el 17% y 20%. El trabajo, realizado por la secretaría de Estadísticas y Defensa al Consumidor de la central obrera, advirtió acerca de la existencia de un escenario de fuerte puja distributiva como consecuencia del alto precio internacional de los alimentos y los insuficientes niveles de inversión y estimó que esos elementos “presionan para que el escenario inflacionario sea parecido al de 2008 y ronde entre el 17 y 20%”.
Tras describir un cuadro similar al que prevén las estimaciones de las principales consultoras privadas y por lo tanto muy crítico de los relevamientos del Indec, el informe de la central obrera pidió al Ejecutivo la implementación de mecanismos de control estatal “a través de políticas e instituciones que interceden frente a las cadenas de valor oligopolizadas y con fuerte control y participación social, puede revertir esta tendencia” a la aceleración de la inflación.
La presión de los gremios por llevar a la mesa de paritarias pedidos de aumentos del 25% recibió un envión clave cuando a mediados de febrero el Gobierno acordó elevar un 23,5% los salarios de los docentes. Ese mismo porcentaje quedó consagrado la semana pasada en la negociación salarial del personal bancario, en tanto que el lunes los trabajadores de estaciones de servicio convinieron con las cámaras empresarias del sector un aumento de 24%.
A la par están en marcha las paritarias de la industria metalúrgica, donde la UOM pidió una suba de 25%, y la negociación en la Alimentación, en la que el gremio reclama un salario básico de $ 3.800, lo que equivale a un aumento superior al 30%.
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