Sin respuestas
propias que justifiquen la continuidad del modelo nacional y popular de una “década
perdida”los argentinos somos sentenciados a un ajuste económico más que
ortodoxo que indica que al gobierno se le han quemado todos los libros y nos
demuestra la incapacidad de los funcionarios que solo están para cubrir la
ingobernalidad del poder de turno, cumpliendo bien solo con sus puestos como
aplaudidores de su jefa. Seguimos con perplejidad como la obstinación, la testarudes,
la omnipotencia y la obsecuencia siguen siendo la herramienta que el gobierno
mantiene como único sustento y al cual ya nos tiene arto acostumbrados.
Pero el
ardid presidencial de esquivarle siempre al bulto y presentar a los problemas
como conspiraciones antipatrióticas ya no mellan ante los reclamos de una
sociedad cansada de ser bastardeada por un grupo de funcionarios inescrupulosos
bien pagos y que para colmo ante la minina situación de malestar no tienen el mínimo
descaro de maltratarse entre ellos mismos con permanentes desmentidas,”yo no
fui, yo no dije eso”etc.
Nadie
se hace responsable de la escalada inflacionaria ni tampoco la mencionan, solo
se dan anuncios desesperados y críticas a aquellos que piensan distinto, denostando
la incapacidad del entorno de Cristina una constante de su gobierno, que con su
aprobación han sido puestos en esas funciones. Para demostrar esto podemos
mencionar que en sus dos últimas apariciones del año solo han sido para
presentar mas subsidios que acallen rumores y un magro aumento a jubilados que
siguen viendo como sus aportes del ANSES son utilizados a destajo por la corrupción
gubernamental.
La
acusación al empresariado de saquear bolsillos a los trabajadores con coro
gregoriano de “los pibes para la liberación” y regacear de quienes ya no lo son,
forma parte de un rito diluido, de modo paradójico, por una reiteración
innecesaria que despoja al discurso de connotación positiva hasta,
literalmente, matarlo. Bien utilizada, es una herramienta de la retórica que
facilita sostener una línea argumental. Mera demagogia, a que aquellos que ayer
eran socios y amigos y que hoy son los antipatriotas del modelo.
La
falacia y el rebusque del discurso gubernamental es constante, incluso hasta a
veces incomprendido ya que lo que ayer era bueno hoy ya no lo es; como
referencia tomo lo dicho por el compañero Moyano hace un tiempo con referencia
a las paritarias quien decía de que debían ser anuales y que en ese momento fue
discutido por la CGT aplaudidora y el propio gobierno, ya que estos decían que debían
ser semestrales. Hoy ante una economía devastada, una inflación imparable y la
falta de recurso tanto monetario como humano, es el mismo gobierno quien sale a
defender las paritarias únicas y anuales. Eso sí, ordeno a sus gremios y
sindicalistas obsecuentes a bajar decibeles ante sus afiliados y trabajadores
ajustando los pedidos de aumento no mas allá de un 25%, incluso llegando a
renegar por cadena nacional al referente
de la CGT Antonio Caló por asegurar que “hay gente a la que ya no le
alcanza para comer.”
Ahora bien, debemos comenzar a tomar
conciencia de los difíciles momentos por lo que estamos atravesando y los que vendrán,
la desocupación y la precarización del trabajo es cada vez mayor, y el profundo
ajuste realizado por el gobierno implica ya la paralización de obras y de
fuentes de trabajo. Y como siempre estos ajustes solo afectan más y de sobremanera
a los sectores vulnerables y desprotegidos, es por ello que debemos fomentar
las mesas de diálogos sociales no solo para discutir lo salarial sino también un
modelo de país con políticas verdaderas de estado sustentables en el tiempo, no
hay más lugar para la improvisación
La única
manera de combatir la inflación es con más fuentes de trabajo genuino que sustenten
una producción constante en los distintos sectores productivos, debemos
aprovechar el potencial de recursos materiales, económicos y humanos de los
argentinos, pero para ello los recursos de la ANSES deben estar dirigidos a
estos y no para sostener un proyecto de país subsidiado, que solo a denigrado
en una década toda una sociedad a sobrevivir gracias a las dadivas de un
gobierno corrupto e inoperante.
Este
gobierno que a través de los años solo fue acrecentando su filosofía demagógica
a costa de los más necesitados tendrá en algún momento que rendir cuenta ante
la sociedad de lo realizado en esta década perdida. Lo que si podemos decir es
que ya no pueden seguir culpando a otros de sus propios errores por no decir horrores,
por su total desgobierno e inoperancia, y que hasta aquí llego la película del
relato, solo con humildad y sabiduría se podría cambiar el rumbo del país, cosa
que será difícil viniendo de quien nos gobierna.
0 comentarios:
Publicar un comentario