De algún modo encarnó el renacimiento de la discusión y el debate públicos tras la debacle de 2001, ya sea con amores y defensas incondicionales o con rechazos furibundos. Si algo nunca despertó fue indiferencia, ya que su sola presencia levantaba comentarios.
Era un hombre “visceral y apasionado” lo que lo llevo a ser respetado por propios y contrarios políticos, y quizás es lo que lo diferencia de muchos de los que hoy están en el ruedo. Era un convencido de sus ideales sociales y políticos, lo que lo llevo a depender constantemente de los atriles en donde con su filosa voz y gestos inolvidables desplegaba toda su sapiencia constitucional e institucional. Aunque sin olvidar que sobre todo era, consiente o inconscientemente, el hombre que en esta década había marcado la diferencia en la política nacional, lo que para muchos lo hacia invulnerable.
Muchos podrán estar de acuerdo o no con el, un hombre para el amor y el odio a la vez, pero a quien nunca se le podrá reprochar la fortaleza de sus convicciones.
Hoy todo el país debe estar junto a la Presidenta de la Nación, sin grietas ni egoísmos personales. Debemos entender de una vez por todo, que muchas veces a los hombres de política debemos respetarlos por sus actitudes y convicciones particulares que através de sus vidas lo hayan demostrado, fueran buenas o malas pero sin hipocresías.
Y creo que Néstor Kirchner lo ha dejado bien claro a lo largo de su vida. Una perdida irreparable para el país pero en particular para nuestro Partido Justicialista. Vaya entonces en nombre del Sindicato de Camioneros y de la Corriente Sindical Peronista nuestro mayor respeto hacia este gran hombre y compañero.
0 comentarios:
Publicar un comentario